El
sábado 22 de marzo se produjo una situación informativa, no singular, pero que
se mantuvo en los días siguientes pese a
la confluencia de nuevas e importante noticias; la dualidad se mantuvo y se
mantiene.
La
marcha por la dignidad llevaba implícito un sentimiento pero el señor Ignacio
González manifestó sus intenciones al considerar que el manifiesto tenía
semejanzas con el ideario del partido neonazi griego Amanecer Dorado.
Por
las calles de Madrid se manifestaron pacíficamente 50.000 según la policía, que
rectificó y las rebajó a 36.000; portavoces de los convocantes hablaron de 2.500.000.
Eran
personas: parados, profesores, enfermeras, mujeres asturianas de la mina,
personas mayores en sillas de ruedas, padres con niños sobre los hombros,
madres empujando el carrito con su bebé, trabajadores de coca- cola,
estudiantes, jubiladas, pescadores, trabajadores del metal, bomberos,……. más de
trescientos colectivos sociales……de Galicia, Cataluña, Extremadura, País Vasco,
Aragón, Castilla León, Castilla la Mancha, Murcia, La Rioja…… y los de Madrid
que se unieron; un país en emergencia social.
Cada grupo o cada uno traía sus motivos, puesto de
trabajo, recortes en sanidad, en educación, desahucios, corrupción, preferentes,…pero
todos tenían un pegamento común: su dignidad frente a los que actúan sin
dignidad.
La
manifestación transcurrió con cánticos de protesta e insultos a los gobernantes
y banqueros de manera pacífica, pero al final, cuando aún no se había terminado,
en menos de lo que se anuncia un telediario y justo a la hora en que se inicia
el telediario, se producen los incidentes.
Todo
lo a conseguir por todos en cinco horas se diluye por los actos violentos de
unos pocos, en los últimos minutos, al final.
Es
probable que los que se produjeron con “brutalidad sin precedentes” “violencia
extrema” “brutales agresiones y violentas lesiones” no salieran desde Atocha y
llegaran a Colón en el seno de la manifestación.
Por
la noche y casi en directo se mantiene la dualidad pese a que se habla poco de los objetivos de
la marcha, del discurso de la marcha y se insiste, se retrasmiten en directo y
en diferido, y profusamente, las imágenes de los actos violentos y vandálicos.
Había
1700 policías en 36 grupos, pero “unos cientos con violencia extrema pusieron
en riesgo a la gente que estaba participando en la manifestación”; lo que
estaba en riesgo era la sede del PP por la cantidad de lecheras y policía
antidisturbios situada en la calle Génova y por las lecheras en todas las
calles confluyentes, aunque estos policías sin portar material antidisturbios.