La Diversidad en la Escuela y los recortes en educación

I La dominancia de los prejuicios

Aunque la realidad de las diferencias entre las personas es ampliamente reconocida, ni es asumida por todos, ni se aceptan las consecuencias de la aplicación de este principio.
Ante la evidencia de que un centímetro cuadrado ( las huellas digitales) nos hacen diferentes a millones de individuos, de que cada niño es de una madre y un padre, de que cada niño tiene sus propias vivencias, emociones expectativas, capacidades, intereses, discapacidades.... la educación de hoy, tendría que dar respuesta a esta nueva diversidad.
Nueva, por el enfoque, porque hasta ahora no se concebía la diversidad como algo consustancial al ser humano; se manejaba la diversidad como una lacra, como algo deficiente y con problemas, algo que había que rehabilitar o integrar en la pretendida e interesada ”mayoría”.
La diversidad estaba(¿está?) impregnada de prejuicios, de informaciones erróneas y de intereses intencionados.
Los “modelos” de la “homogeneidad” son intencionados: varón, blanco, sano, deportista, agradable, creyente, esforzado……; quienes se alejan de ese modelo son defectuosos o “algo menos”: una niña sino es un niño defectuoso, es “algo menos”que un niño, un niño gitano es “algo menos” que un niño payo, un niño del ámbito rural, es “algo menos” que un niño de ambiente urbano, un niño senegalés, es “algo menos “ que uno español, un niño con síndrome de Dow es “algo menos” que otro sin síndromes aparentes,….pero, los gallegos sabemos, que la sardina no es una merluza defectuosa y que una vieira no es un berberecho accidentado o con crecimiento deforme.