Los
periódicos madrileños mantienen la atonía que mostraron durante la marcha y La
Razón, ABC y El Mundo destacan, profundizan e insisten en los acontecimientos
violentos desatados al término de la manifestación.
Para
La Razón, lo importante es Cataluña “Adolfo Suárez: el problema no es el País
Vasco, es Cataluña”. En pequeño, al lado del anuncio ”el
sexo es vida”,” La indignidad de la izquierda. Decenas de detenidos y más de
medio centenar de policías heridos tras la marcha convocada por los indignados”.
Para
ABC, lo importante es lo que va a acontecer a la tarde, el Real Madrid-
Barcelona, con póster del entrenador Ancelotti,
y en pequeño “la izquierda radical provoca en Madrid los altercados más
graves de la legislatura. En su turno, los ladridos sebastianos y los
dragonazos desde la caverna y para los
cavernícolas.
Para
El Mundo, “Los indignados toman Madrid y exigen “no pagar la deuda”.
Para
El País, “La marcha por la dignidad toma el centro de Madrid con miles de
personas. Dignidad y gritos contra los recortes”. El País da por buenas las
cifras de manifestantes ofrecidas por la policía.
Los
actos violentos retransmitidos se convierten en consumo de los aperitivos de los
que pueden y alardean de “terrazear”, los señores, acompañados de señoras y con
algún perro, con gafas Rayban, Barbour verde, con pantalones chinos beige con
la raya bien marcada, porque se los plancha el servicio, con calcetines de
rombos y con zapatos castellanos burdeos, satanizan a los manifestantes y
elogian a la policía “…y por encima querían acampar, para jodernos cuando vamos
a trabajar”
Pero
las informaciones, las valoraciones y las explicaciones se van acumulando: si
solo eran 36.000 los manifestantes que pacíficamente llegaron de Atocha a
Colón, ¿los 1700 policías no pudieron aislar a los violentos que se acercaban
al final de la manifestación?; los policías se quejaban de que les habían
ordenado que permanecieran quietos sin actuar y
que cuando se lo ordenaron ya era tarde; se sabía que había observadores de la OSCE y que los mandos de la policía podrían actuar
con cautela; también se temía una actuación violenta que sirviera para apoyar
la ley que Fernández que recibe varapalos desde Europa hasta el Consejo General
del Poder Judicial.
Los
policías nacionales cargan contra sus jefes, los policías municipales contra los policías nacionales;
para unos, el culpable fue el coche de bomberos por romper el cerco de las
vallas, para otros, un error en la trasmisión de información para la localización
de los violentos.
Se
impone una tregua por el partido del siglo, el Madrid- Barcelona, con la única
excepción de las televisiones que en los espacios que les deja el fútbol
vuelven a centrarse en los actos vandálicos, en la violencia y en los peligros
que las manifestaciones provocan para los ciudadanos, sobre todo para los que
no acuden a las manifestaciones, los que ven lo que las televisiones le
suministran.
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