martes, 1 de abril de 2014

El domingo sigue la información dual



Los periódicos madrileños mantienen la atonía que mostraron durante la marcha y La Razón, ABC y El Mundo destacan, profundizan e insisten en los acontecimientos violentos desatados al término de la manifestación.

Para La Razón, lo importante es Cataluña “Adolfo Suárez: el problema no es el País Vasco, es Cataluña”. En pequeño, al lado del anuncio   ”el sexo es vida”,” La indignidad de la izquierda. Decenas de detenidos y más de medio centenar de policías heridos tras la marcha convocada por los indignados”.
Para ABC, lo importante es lo que va a acontecer a la tarde, el Real Madrid- Barcelona, con póster del entrenador Ancelotti,  y en pequeño “la izquierda radical provoca en Madrid los altercados más graves de la legislatura. En su turno, los ladridos sebastianos y los dragonazos  desde la caverna y para los cavernícolas.
Para El Mundo, “Los indignados toman Madrid y exigen “no pagar la deuda”.
Para El País, “La marcha por la dignidad toma el centro de Madrid con miles de personas. Dignidad y gritos contra los recortes”. El País da por buenas las cifras de manifestantes ofrecidas por la policía.

Los actos violentos retransmitidos se convierten en consumo de los aperitivos de los que pueden y alardean de “terrazear”, los señores, acompañados de señoras y con algún perro, con gafas Rayban, Barbour verde, con pantalones chinos beige con la raya bien marcada, porque se los plancha el servicio, con calcetines de rombos y con zapatos castellanos burdeos, satanizan a los manifestantes y elogian a la policía “…y por encima querían acampar, para jodernos cuando vamos a trabajar”

Pero las informaciones, las valoraciones y las explicaciones se van acumulando: si solo eran 36.000 los manifestantes que pacíficamente llegaron de Atocha a Colón, ¿los 1700 policías no pudieron aislar a los violentos que se acercaban al final de la manifestación?; los policías se quejaban de que les habían ordenado que permanecieran quietos sin actuar y  que cuando se lo ordenaron ya era tarde; se sabía que  había observadores de la OSCE  y que los mandos de la policía podrían actuar con cautela; también se temía una actuación violenta que sirviera para apoyar la ley que Fernández que recibe varapalos desde Europa hasta el Consejo General del Poder Judicial.

Los policías nacionales cargan contra sus jefes, los policías  municipales contra los policías nacionales; para unos, el culpable fue el coche de bomberos por romper el cerco de las vallas, para otros, un error en la trasmisión de información para la localización de los violentos.

Se impone una tregua por el partido del siglo, el Madrid- Barcelona, con la única excepción de las televisiones que en los espacios que les deja el fútbol vuelven a centrarse en los actos vandálicos, en la violencia y en los peligros que las manifestaciones provocan para los ciudadanos, sobre todo para los que no acuden a las manifestaciones, los que ven lo que las televisiones le suministran.

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